domingo, 28 de abril de 2013

Peregrinación a Montserrat * 14 de abril




¡Hemos subido tu montaña, Madre!
Subir una montaña no es solo coronar la cima: supone un camino, un afán, ese esfuerzo en el que el mismo Cristo resucitado nos hace ser conscientes de que es más importante el camino que la meta misma.
Y te damos gracias, Señor, por un día como este. Porque nos has dejado ser nosotros mismos en nuestro ánimo y nuestra oración, porque tenerte nos hace verdaderos en nuestra identidad; gracias, Señor, porque has bailado al son de la guitarra, acompañándonos desde nuestra autenticidad en una fe vivida en comunidad cantada a todos y para todos.
Gracias, Madre, porque nos has acogido en tu santuario. Hemos llegado aquí con nuestros aciertos y nuestras carencias, nuestros valores y nuestras poquedades. Cada uno de nosotros acude a ti con su pequeña historia, y Tú nos hablas de dentro afuera, en cada minuto de nuestros pensamientos, en todas las palabras y en cada uno de nuestros silencios.
Y gracias, Señor, por tener memoria de nuestra gente y de nuestro mundo. El viento nos trajo el sabor de nuestra casa y hemos tenido de la mano a nuestro compañero, el profesor; a nuestra compañera de la limpieza, a nuestros compañeros de clase, a las hermanas, al abuelo y a los padres: te hemos traído la fe de quienes siempre nos esperan y por ellos, la hacemos también nuestra.
¡Y hemos subido tu montaña, contigo…!




No hay comentarios:

Publicar un comentario